Esto es lo que veo desde mi ventana si me levanto justo cuando está saliendo el sol
Al fondo los edificios del Cabrero con la laguna brillando y más cerca las fachadas de la ciudad vieja teñidas de lila. Y el mar, que a esa hora se esconde detrás de la bruma.
¿Y cómo terminé aquí, en Cartagena de Indias? Como siempre que deseo algo, lanzando una frase al viento y muy cerca al oído de mi amado.
Regresar a Bogotá después de cuatro años en el idílico pueblito alemán resultó demasiado ruidoso, frío y perturbador. Queríamos sentir el sol y ser vecinos del mar, así que nos arriesgamos una vez más, empacamos y nos lanzamos a la aventura caribe.
Una señora del barrio Getsemaní toma el fresco
Fue difícil para mi dejar el hermoso taller que compartía con una querida amiga en Bogotá y hacerme a la idea de empezar de nuevo, por milésima vez en mi vida, bueno, por séptima vez. Contar con la soledad de quien llega a una ciudad sin tener amigos. Dejar a mis clientes y al amado barrio de los joyeros del centro donde ya todos nos conocemos.
Las calles de Getsemaní
Ahora vivo en esta hermosa ciudad, La Heróica, entre luchadores del día a
día, viajeros y exiliados del interior; entre tiempos de leyenda y dura
actualidad.
Castillogrande
Y debo decir que esta nueva vida es deliciosa pero no fácil. El increíble calor y el mar traen consigo retos que no entran en los cálculos de quien no es de estas regiones ardientes. Se necesitan mucha energía y jugos de frutas para llevar a cabo cualquier tarea. Pero...
Foto de Pablo Abitbol
Allí cerca está la hermosa playa que recarga y alivia, repleta aún de maravillosa proteína
y los atardeceres majestuosos seguidos por noches de brisa
Si. Me gusta esta nueva vida y me emociona planear el futuro de LIRIO. Por cierto ya empecé a trabajar, pronto les mostraré lo que surge.
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