El año pasado un amigo mio me encargó un anillo para su novia. A él le gustó el Neptuno y se decidió por una versión más delgada y una piedra roja, el color favorito de ella.
Aquí esta: el Neptuno Rojo.
La piedra es un rubí muy hermoso, de color intenso y bonita talla.
El Neptuno está inspirado en estos corales que aparecen en la fotografía. Los agujeros, las formas suaves, la textura. Y la piedra como si fuera la semilla de una planta submarina.
Empiezo a realizar un anillo como este tallándolo en cera. Es uno de los procesos que más me gusta. Utilizando limas especiales puedo trabajar en los anillos como si fueran pequeñas esculturas. A continuación viene el momento de sumergir la talla de cera en un molde con yeso que se endurece. Después se derrite la cera, de ahí el nombre de la técnica: cera perdida, porque ya no hay paso atrás, sólo hay una oportunidad y si el molde queda mal o el metal que se vierte a continuación en el hueco que deja la cera derretida queda con burbujas, estamos perdidos!
Yo no tengo el equipo necesario para realizar el molde y el vaciado, y la verdad es que es un procedimiento delicado y engorroso que se domina después de muchos años y prefiero dejarlo en manos de un especialista.
Cuando el fundidor termina su trabajo me entrega el modelo en plata y yo termino de darle su forma y textura final.
Yo no tengo el equipo necesario para realizar el molde y el vaciado, y la verdad es que es un procedimiento delicado y engorroso que se domina después de muchos años y prefiero dejarlo en manos de un especialista.
Cuando el fundidor termina su trabajo me entrega el modelo en plata y yo termino de darle su forma y textura final.
Al realizar este anillo aprendí que para lograr los resultados que busco necesito contar con el mejor equipo de especialistas posible. De nada me sirve hacer las tallas de cera que me satisfacen si no puedo contar con un gran fundidor y un gran engastador.
En Bogotá después de años de pruebas encontré mi equipo estrella: un gran fundidor , a pesar de que casi siempre se demora, y un excelente engastador que hace un trabajo impecable y además entiende el espíritu de mis diseños. Aquí aún no he encontrado ese equipo y por lo tanto no puedo calcular con exactitud cuánto me demoraré terminando una pieza. Además sufro mucho cada vez que puebo el trabajo de un engastador nuevo.
Algunas veces el idioma y la cultura de trabajo son un obstáculo para mi. Pero estoy aprendiendo.
Así que a pesar de las demoras, las correcciones y las nevadas que lo detuvieron en alguna estación de correo entre Alemania y España por mucho tiempo, el Neptuno Rojo llegó finalmente a su destino.